Lean Engineering. Desperdicio #2: El conocimiento tácito

Introducción

Otras entradas en esta serie:

El conocimiento tácito es imprescindible, pero, ¡cuidado!

Yo: el conocimiento tácito es una fuente inagotable de desperdicio en tu empresa

Tú: ¿Cómo?

Tú: ¡Que el conocimiento tácito es un desperdicio en una oficina de ingeniería! «Pero, ¿qué dices?»

Tú: Pero si el conocimiento (tácito) es lo más grande que tenemos en esta empresa y lo que nos diferencia de nuestra competencia.

Yo: No dudo que sea algo vital e importante. Pero también representa el origen de muchas pérdidas de tiempo, de esperas, de alargamiento de plazos innecesariamente.

Tú: ¡A ver! ¡Demuéstralo!


La verdad es que es muy fácil demostrarlo y si piensas un poco, te darás cuenta de que algo de razón tengo.

Por recordarlo: el conocimiento tácito es aquel que se ha obtenido por diversas fuentes, una muy importante es la experiencia y la sapiencia adquirida sobre el sector y sobre los clientes, y que se encuentra en la cabeza de unos pocos, usándose casi sin querer y sin pensar, ¡se sabe hacer algo y ya está!

Es un conocimiento que está ahí, presente siempre, pero en la mente del ingeniero jefe, o en el jefe de compras, que se conoce a todos los proveedores de pé a pá, o en el encargado de taller… ¡Es como conducir!

Y, ¿cuáles son esos desperdicios?

Vamos a centrarnos en el jefe de Ingeniería, Juan, por ejemplo. Más de veinte años en la empresa y conoce hasta donde duermen los ratones. Conoce el producto y los procesos al dedillo. Sus variantes, cómo hacer cualquier diseño o cómo se fabrica, cómo funcionan la maquinaria y qué se puede fabricar y que no.

Pero todo está en su cabeza.

Pero, ¿qué ocurre cuando…

… un ingeniero tiene una duda para definir un componente de la maquina para un pedido?

¡Que tiene que consultar a Juan!

… un comercial tiene dudas de las capacidades de la maquinaria?

¡Que tiene que consultar a Juan!

… no hay repuesto para fabricar y se necesita alguna alternativa?

¡Que tiene que consultar a Juan!

… hay que ir a visitar una planta o a un potencial cliente y queremos impresionarlos con nuestro saber?

¡Que tiene que consultar a Juan!

¿Y qué ocurre cuando Juan tiene que dar soporte a tanta gente?

… que se le acumula el trabajo en la mesa

… que deja de controlar los proyectos o pedidos especiales

… que no llega a todo

¿Y qué le pasa a la empresa?

… que depende totalmete de Juan

… que el dueño reza porque no se enferme

… que el dueño reza para que no se vaya a la competencia

… que no es tan fuerte la empresa como se pensaba porque depende de una persona (o varias)

Si (casi) todo depende de que una persona indique al resto lo que debe hacer en algún momento del ciclo de vida de un pedido, está claro que hay un riesgo enorme de que los proyectos, los pedidos o la fabricación sufra un paro en cualquier momento.

Cuando menos te lo esperes, sufrirás un retraso en la entrega de un pedido super urgente donde te juegas la reputación. Seguro que pasa entonces.

¿Y qué se debe hacer para eliminar todo este desperdicio?

Pues es muy fácil, la verdad.

… Compartir el conocimiento.

¿Y cómo se comparte el conocimiento de una persona así?

Pues resulta que también es facilísimo.

Te presto alguna de las acciones que hago yo:

… pon a alguien a su lado para que aprenda. Ver cómo trabaja alguien que sabe trabajar ayuda a otro trabajador a aprender a trabajar.

… crea equipos multifuncionales. Cuesta un poco pero irán aprendiendo unos de otros.

… cambia a la gente de trabajo dentro de la empresa con cierta regularidad.

… escribe en un documento todo lo que sabéis.

… automatiza procesos dependientes.

… monta formación interna.

Progama todo esto con toda la intención, haz saber a todos lo que vas a hacer y el porqué y reparte el conocimiento de esta forma.

Conclusión

Si necesitas ayuda con este tema, házmelo saber, que algo sé del tema y alguna vez lo hemos hecho.

Y convertiremos el conocimiento tácito de unos pocos en saber global de la empresa.

Por cierto, en el artículo anterior hablamos sobre como uno de los pilares de una ingeniería, los planos técnicos, es otra fuente de desperdicios. Puedes echarle un vistazo AQUI.


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Este artículo ha sido escrito por David Sánchez Mateo, experto en Ascensores y Configuradores, propietario y fundador de Ingeniería SAMAT. Ingeniero Industrial Mecánico por la Universidad de Zaragoza (Centro Politécnico Superior, actual EINA), Máster en Gestión de la Innovación y Prevención de Riesgos Laborales.

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