Pintan muy idílico el tema del configurador de producto, pero esto no te lo han contado, ¿verdad? Lee y atento.
Introducción
Compruebo que por internet comenzar a proliferar empresas y webs sobre configuradores, ¡me alegro! Cuantos más propaguemos las buenas nuevas, ¡mejor! Así que ya puedes encontrar decenas o cientos de artículos que hablan maravillas del configurador de producto: que acelera las ventas, que mejora la experiencia del cliente, que multiplica la productividad… Y sí, todo eso es cierto, y yo lo defiendo (lo he comentado aquí hace tiempo), pero hay un pero… Y no es pequeño. Atento porque esto no te lo va a contar nadie. Yo sí.
Lo que no te cuentan en otras webs es que implantar un configurador de producto es un proceso complejo
Siempre digo que es parecido a implantar un ERP: requiere estrategia, definición, metodología, reglas claras y, sobre todo, el acompañamiento de expertos. No todos los proyectos llegan a buen puerto, y la tasa de fracaso es alta cuando no se aborda de manera correcta.
Si no lo leíste puedes hacerlo ahora, aquí, donde comenté el pecado capital que hará fracasar la implantación de tu configurador. Ahora, te doy más pistas.
Lo que no te cuentan sobre un configurador de producto
1. No basta con quererlo, hay que definirlo
Un configurador no se implanta por arte de magia. No es suficiente con decir “quiero uno” y esperar que la tecnología y el dinero hagan el resto. La realidad es que un configurador será tan sólido como la base sobre la que se construye, es decir, tu producto, tu know-how y tus procesos.
Si tu producto no está bien definido en fichas técnicas, tendrás huecos de información que el configurador no sabrá resolver. Si las reglas de ingeniería viven en la cabeza de tus técnicos o comerciales, se olvidará de incluir algunas de ellas. Y si tus procesos internos son caóticos o ineficientes, el configurador solo amplificará ese caos.
De hecho, muchas veces implantar un configurador implica descubrir que sobran pasos, aprobaciones o incluso productos, y muchos clientes han salido beneficios por contratarnos ya que ayudamos a poner orden y estandarizar procesos y productos.
2. La estrategia es clave
La tecnología sin estrategia suele acabar mal, pero vaya, ¡cómo cualquier software! Un configurador mal planteado no solo no soluciona nada, sino que puede convertirse en un obstáculo para tus pedidos. Seguro que te viene a la cabeza alguna empresa que ha comenzado un proyecto de esta índole,… ¡y ahí siguen!
Definir qué se puede configurar y qué no es un momento clave en el proceso: quizás no sea interesante configurar el 100%, quizás con el 80% sea más eficiente para la empresa. Si dejas la puerta abierta a que “todo” se configure, estarás sobrecargando el proyecto y al sistema con infinitas posibilidades. El configurador debe simplificar, no complicar.
Además, debes pensar cómo se trasladará la experiencia al usuario o a ti cliente final: por ejemplo, para un configurador comercial te debes preguntar si será un configurador de preventa, si será para uso interno de tus comerciales o más personas, o directamente se ubicará online en tu web. Cada enfoque requiere decisiones estratégicas muy diferentes. Quién use el configurador es clave para su definición.
Un error en la base del proyecto es como un cimiento torcido en un edificio. Cuanto más avances, más costoso (o imposible) será enderezarlo.
3. No todos los proyectos tienen éxito
Hablar de configuradores suena atractivo, como digo. La promesa de automatizar presupuestos, acortar tiempos de respuesta y mejorar la experiencia del cliente es tentadora y, ¿quién no va a querer algo así? Pero la realidad es que muchos proyectos fracasan.
¿Por qué?
- Porque la empresa subestima el esfuerzo de definición inicial. Piensan que con “un par de reuniones” está todo listo, cuando en realidad hace falta un trabajo profundo de ingeniería y ordenamiento del catálogo.
- Porque creen que pueden hacerlo todo solos, sin consultores o expertos que ya han recorrido ese camino. La curva de aprendizaje es muy cara si vas a ciegas; y, demasiado a menudo, infinita.
- Porque lo ven como un proyecto informático y no como una transformación estratégica. Esto lo comenté hace uno añitos, aquí.
El resultado: configuradores que nunca se usan, que quedan obsoletos en meses, o que generan más frustración que soluciones. Y lo peor, sensación de fracaso y desconfianza hacia este tipo de soluciones. Alguna vez me he topado con una empresa que «no quiero saber nada de configuradores, otro vende humos». Y ahora, ¿qué hago, eh? ¿Cómo le convenzo de que hay esperanza?
4. No es un proyecto de software, es un proyecto estratégico
Este es quizá el error más común: pensar que un configurador es un “software más”, que con adquirirlo, pagarlo e instalarlo ya es suficiente y nada más lejos de la realidad. ¡Acabas de empezar un largo viaje!
Un configurador va mucho más allá. Te obliga a repensar tu modelo de venta (configurador comercial) y tus procesos en oficina técnica: ¿cómo quieres que el cliente llegue al producto final? ¿Qué decisiones debe tomar y en qué orden? ¿qué entregables necesitas para la fabricación?
También te obliga a ordenar tu portfolio de producto. Muchos fabricantes descubren, al implantar un configurador, que tenían variantes redundantes, incoherencias en la nomenclatura o criterios distintos entre departamentos. No es raro que reduzcamos las decenas de modelos a un puñado de ellos, ¡el resto eran variaciones de los demás!
Además, impacta en toda la organización: los técnicos tendrán que definir reglas claras, los comerciales deberán aprender a apoyarse en la herramienta y la dirección deberá alinearla con la estrategia de la empresa.
En otras palabras: un configurador pone tu empresa patas arriba. Por eso la planificación es tan importante. Necesitas alguien con visión, experiencia y tiempo para liderar el proyecto desde dentro, acompañado de especialistas externos que sepan guiar el proceso. ¿Por qué? Por dos razones:
- Tus probabilidades de éxito son mayores.
- Acabarás antes, por lo que empezarás a ahorrar antes*
*Tengo aquí una anécdota personal cuando la directora de una empresa se jactó de que estaba haciendo un configurador sin la ayuda de SAMAT, ¡un logro para ellos! Sin duda alguna… Eso sí, cuando le conté el dinero que había perdido por no desarrollar el configurador con nosotros se quedó muda: claro, les había llevado tanto tiempo extra comparado con nosotros que se hubiera podido permitir el pagar nuestros honorarios y aprovechar su gente para dedicarla a su producto y no a este proyecto. ¡Coste de oportunidad perdido se llama esto!
Beneficios del configurador… si se hace bien
Cuando se define bien la estrategia y se cuenta con expertos, los beneficios del configurador para empresas industriales son enormes, ya los hemos comentado en muchas entradas aquí, resumiendo:
- Reducción drástica de errores en el ciclo de vida de tus pedidos.
- Rapidez en presupuestos y ofertas, ¡casi inmediatez! Le pones a huevo al cliente el comprarte, ¡yaaaaa!
- Escalabilidad de la red comercial. Claro, 24 horas, 7 días, 365 días abierto.
- Aumento de la capacidad de gestión de pedidos. Necesitas mucho menos músculo. Alrdedor de un 90% menos
- Experiencia de cliente moderna e interactiva. El cliente define lo que te quiere comprar.
Ejemplos de aplicación
- Fabricantes de maquinaria.
- Carpintería metálica.
- Estructuras industriales.
En el canal de YouTube de Ingeniería SAMAT y en sus casos de éxito encontrarás ejemplos reales donde se ve tanto el potencial como los retos de este tipo de proyectos.
FAQs: preguntas que debes hacerte
1. ¿Por qué fracasan algunos proyectos de configuradores?
Porque no se define el producto ni sus reglas antes de digitalizarlo, o porque se aborda sin un experto.
2. ¿Qué diferencia hay entre un configurador simple y uno industrial?
El industrial necesita lógica compleja, reglas técnicas y validaciones avanzadas.
3. ¿Puedo hacer un configurador sin tener mi producto bien documentado?
No es recomendable. Antes hay que estructurar el catálogo del producto y definir reglas claras.
4. ¿Cuánto tiempo lleva un proyecto así?
Depende del nivel de complejidad, pero suele ser un proceso gradual, no algo inmediato.
Conclusión
Un configurador de producto puede ser una palanca brutal para digitalizar tus ventas y automatizar todo el ciclo de vida de un pedido… o un proyecto fallido si no se aborda con estrategia. Lo que no te cuentan en otras webs es que no basta con instalar un software: hay que definir, estructurar y acompañar a la empresa en todo el proceso.
En Ingeniería SAMAT somos expertos en convertir configuradores en proyectos de éxito para pymes industriales.
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Contacta conmigo y te ayudaré a dar el paso con seguridad –> david.sanchez@ingenieriasamat.es
Este artículo ha sido escrito por David Sánchez Mateo, especialista en Ascensores y Configuradores, propietario y fundador de Ingeniería SAMAT. Ingeniero Industrial Mecánico por la Universidad de Zaragoza (Centro Politécnico Superior, actual EINA), Máster en Gestión de la Innovación y Prevención de Riesgos Laborales, ayudado por herramientas de inteligencia artificial.
