Cálculo estructural de un diseño
Recientemente hemos tenido la oportunidad de comprobar nuevamente como el cálculo estructural de un diseño es esencial. Y no solamente esencial para verificar su buen funcionamiento durante su vida útil y ante las circunstancias de trabajo a las que se va a ver sometida, sino que además, observamos el valor que añadimos desde SAMAT al cliente y a su producto.
La historia es tal que así: un cliente nos solicita un cálculo estructural porque tiene que fabricar un útil de elevación para unos equipos de más de 25 toneladas. El diseño que se nos envía se nos presenta como un concepto cerrado, no modificable y según las necesidades del cliente, su ingeniería y medios óptimos de fabricación, únicamente tenemos que validar que el útil en cuestión soporta sin problemas esos 25.000 kilos, firmar informe, compartir responsabilidad civil por ello y listo! Pero…
Tras dos días de cálculos, le informamos al cliente que dicho diseño no es válido y que presenta serios problemas para soportar la carga, por lo que un severo rediseño es necesario, y desde SAMAT, le ofrecemos, lo que a nuestro juicio son las instrucciones precisas para validar dicho utillaje, que son, principalmente:
- aumentar la inercia de diversos elementos
- aumentar sustancialmente el radio de acuerdo de las piezas que hacen de unión entre las vigas perpendiculares.
Sinceramente, en contra de lo que esperábamos, el cliente se niega a seguir dichas indicaciones ya que eso le implicaba un aumento del peso del útil y un cambio en la distribución del centro de gravedad, y por supuesto, un aumento del coste de fabricación porque, obviamente, el pedido ya está en marcha y se ha acordado un precio de venta con su cliente. Por ello, y basado en su experiencia, nos indica qué medidas propone él. A todas luces nos parecen insuficientes pero aceptamos recalcular el modelo con esos cambios debido a sus insistencia: como esperábamos, el resultado no es satisfactorio… Y así pasamos tres días con interacciones marcadas por el cliente ya que no quiere asumir la realidad del cálculo, hasta que, una vez alcanzado el mismo peso, debido a sus continuas modificaciones, que le proponíamos nosotros pero con sus medidas, acepta nuestra idea inicial. Idea que distribuye mejor la inercia y significa un reparto mejor de las tensiones
Tras ello, rediseñamos y recalculamos y, ¡oh, sorpresa! Ahora el utillaje ofrece un comportamiento necesario para soportar las solicitaciones iniciales.
ANTES
DESPUÉS
En SAMAT, le calcularemos según sus necesidades, pero le acompañaremos en la mejora de sus productos y en la optimización de los mismos. Y los más importante, ¡no dejen el cálculo para el final! Es una tarea importante en la fase de diseño que se debe contemplar con la misma importancia que el diseño propio industrial.
¡Su éxito es el nuestro!