Contenido
Implantar un Configurador
Hace unos meses escribíamos un artículo describiendo cuál era uno de los problemas que te harían fracasar a la hora de implantar un Configurador: en resumen, era el tratar el proyecto como si fuera una tarea del departamento de Informática o IT y no desarrollarlo como lo que es, un proyecto de Ingeniería Mecánica, donde los que conocen el producto deben pilotar la aventura: aquí tienes el artículo en cuestión.
Bien, ahora te presentamos otro obstáculo que cuenta con muchos adeptos y que logra finiquitar la mayoría de los intentos en implantar un configurador, y no es otro que el no querer implantarlo.
Así es. Si no quieres implantar un Configurador, por mucho que la Alta Dirección se haya empeñado en ello, no lo implantarás y conseguirás tu objetivo, que es hacerlo fracasar. Hemos sido testigos de algunas labores de zapa en este sentido.
Da pena cuando lo presencias, y muchas veces no se puede hacer nada más que ver como cae una oportunidad increíble de mejorar una organización.
¿Y por qué alguien no querría que su empresa vaya a mejor?
Uy. Por muchas razones. Tampoco vamos a entrar aquí en cuestiones psicológicas que darían para largo y tendido. Pero en cuestiones que nos ocupan, podrían ser algunas de estas que enumeramos:
- «No estandarizamos, esto es un desorden total, pero… ¡es mi desorden! Y aquí mando yo» – Muy típica, sin duda. ¿Por qué íbamos a meter mano en un desorden que alguien ya «ordena» si luego el resto de la compañía podría entender mejor el funcionamiento de un pedido?
- «Si configuran y automatizan nuestro trabajo, nos ponen de patitas en la calle» – Esta es un clásico. Bien. Llevamos miles de años automatizando y parece que la cola del paro no ha aumentado… Por otro lado, hemos sido testigos de como empresas se ven obligadas a contratar más personal tras la implantación de un Configurador de producto porque,… ¡no dan abasto con los pedidos nuevos que les llegan!
- «Ahora tengo a mi cargo a N personas, a ver si después de la implantación me quedo con tres y el de la moto» – Se ve que tenía muy bien organizado el departamento pero para labores muy administrativas, ahora hay que darle al coco y ver como sacar rendimiento a las personas que han quedado liberadas de tareas repetitivas.
Perder poder, perder reputación, perder el empleo. Todo muy lógico desde un punto de vista humano, pero basado en miedos que acaban siendo infundados por las razones que hemos mencionado.
Lo importante ahora, vamos a hablar de cómo solucionarlo.
Los BENEFICIOS de automatizar alcanzan a todas las personas de una organización
Cómo solventar los problemas culturales para implantar un Configurador
Fácil no es, pero hay que hacerlo, no queda otra.
Ideas. O mejor dicho, las patas para lograr el éxito son:
- COMUNICACIÓN: lo que no se comunica tiende a no entenderse. Así que desde los responsables del proyecto debe haber una labor de información y comunicación del proyecto. Que toda la organización sepa en qué consiste el mismo, para qué se desarrolla y qué fines quiere conseguir.
- FORMACIÓN: y no nos referimos a la formación para desarrollar el proyecto, que también, sino en general. Cuanto más formamos tengamos a los trabajadores, más probabilidad tendremos de que los miedos que mencionábamos antes no aparezcan.
- INTEGRACIÓN: obviamente, si alguien siente o sabe a ciencia cierta que no se cuenta con él para hacer el proyecto, es posible que tenga fundadas sospecha de que esto no es para todos. Entonces, téngase en cuenta a todos los trabajadores de la empresa y que puedan trabajar en pos del proyecto con la absoluta seguridad de que son parte importante.
Conclusión
Si quieres que tu proyecto de implantación de un Configurador tenga éxito, ten cuidado porque hay muchos aspectos que pueden salir. Vimos uno, clave, en el artículo previo que ya os hemos referenciado al inicio. Este otro, que hemos tratado aquí, es de importancia capital.
No tener a toda la gente alineada con un proyecto tan transformador es un lujo que no te puedes permitir o saborearás las hieles del fracaso como ya hemos sido testigos en más de una ocasión: tanto de clientes como de no clientes.