Todos necesitáis calcular. Calculáis todo. Si podréis amortizar una máquina herramienta que queréis comprar. Calculáis el número de empleados que necesitaréis para determinado volumen de fabricación. Calculáis el presupuesto del año que viene. Invertís enormes cantidad de tiempo, recursos, esfuerzos y dinero en los cálculos de vuestra empresa, incluso familia y asociación deportiva a la que pertenecéis.
Pero invertir una parte ínfima de un proyecto en calcular estructuralmente o validar un producto, ¡eso NO!, porque es caro, porque se ha hecho así siempre, porque no sabéis repercutirlo al cliente, porque no tenéis tiempo para chorradas, porque (se me ocurren cientos de excusas, pero pararemos aquí). O sino, calculáis de cualquier forma, ¡con tal de que salgan colores no muy rojos me vale!
Una de las herramientas que optimiza el producto, que lo diferencia de los demás, que asegura su calidad, su seguridad estructural merece que se tenga en cuenta, ya no decimos en los altares, pero casi.
Abrimos con este artículo una serie completa dedicada a una de los servicios estelares de Ingeniería SAMAT y que deberías tener tan presente como la cuenta de resultados de la empresa:
el cálculo estructural y la validación mediante el método de los elementos finitos.
En esta serie de siete capítulos trataremos de describir cómo cubrir las necesidades de las empresas en este ámbito, qué se necesita, medios materiales y humanos, colaboraciones externas y más aspectos indispensables para asegurarse que tus productos cumplen con la calidad y seguridad de la que presumes. Los artículos serán:
- Qué es el cálculo estructural por elementos finitos. Aunque ya hemos hablado sobradamente en estas páginas de este tema, queremos recopilar y añadir datos y texturas que creemos enriquecerán tu conocimiento sobre la importancia de esta tecnología ingenieril.
- Métodos de cálculo y cuál emplear en cada caso. Sí, es resolver ecuaciones diferenciales, pero no las haremos nosotros y trataremos de que lo haga la computadora pero de la forma más optima posible y siempre simulando la física de mi estudio: cuanto más se le parezca, más fiable serán los resultados.
- Por qué usar ANSYS. Precisión, simplicidad, automatización, manejo, eficiencia,… Veremos los mil calificativos que adornan y que nos impulsan a utilizar esta magnífica herramienta.
- El ingeniero calculista. No todos los ingenieros saben calcular bien mediante el método de los elementos finitos; cierto, no todos los ingenieros saben calcular. Lo importante es reconocerlo y no meterse en camisa de once varas. Veremos que calcular no es usar un software, eso solo es la punta del iceberg. «Un buen ingeniero se convierte en un crack con el MEF, y un mal ingeniero en un peligro potencial»
- Cuando externalizar cálculos y cuando realizarlos en interno. Como comentamos y ya habremos definido, hay muy diversos tipos de cálculos y muy diversos tipos de componentes para calcular. Veremos como un mix de ambos sistemas es el idóneo para la gran mayoría de las compañías: ni es bueno depender al 100% de un cálculo externo ni es viable querer calcular todos los casos dentro de la compañía
- Configurador de cálculos asociado al producto. Como ya sabéis somos expertos en configuradores de producto; en este artículo veremos como podemos automatizar cálculos para que dispongas de un sistema autónomo que te valide automáticamente determinados componentes sin necesidad de contratar continuamente a un calculista. Esta autonomía es muy recomendable para equipos comerciales que vendan producto configurable muy cambiante y con necesidades de validación estructural.
- Integración de ANSYS en los diferentes departamentos. En este artículo final, describiremos como esta herramienta y sus satélites nos permite una autonomía y una productividad sin parangón en la definición de producto seguro. ANSYS no solo debe estar en el departamento de los ingenieros, ¡lo veremos!
¡No te pierdas estos artículos porque pueden suponerte un antes y un después en la definición de tu producto seguro!